Pedir ayuda a profesionales de la salud mental, como los psicólogos, para disminuir sufrimientos emocionales, me parece que es una decisión cada vez más común. Aunque todavía hay personas que de manera muy firme se niegan a hacerlo, asegurando que son capaces de «solucionar los problemas por sí mismos».

El resolver los problemas «por nosotros mismos» sin duda creo que es la mejor receta para evolucionar al máximo como seres humanos, lo que sabemos poco aún es que la mejor ayuda para seguir «resolviendo los problemas por nosotros mismos» en una era en que la complejidad de la vida ya no admite la posibilidad de vivir bien sin una buena relación de colaboración mutua con los demás, es pedir la ayuda adecuada para perfeccionarnos en este arte tan extraordinario: vivir la existencia por sí mismos.

La persona que resuelve sus problemas, y vive apoyada en sus propios recursos personales para todo, también para encargarse de pasarla bien y disfrutar, necesita estar en continuo auto perfeccionamiento, en continuo descubrimiento de sus capacidades, especialmente ante las dificultades, tomándolas más que como situaciones indeseables, como oportunidades de aprendizaje ante la vida, para utilizar su capacidad de crear algo nuevo como solución.

Buscar una relación interpersonal como es la psicoterapia, donde esta persona en dificultades pueda practicar nuevas soluciones para seguir siendo autónomo, le permitirá también darse cuenta más claramente de que pedir este tipo de ayuda no sólo no lo hace dependiente, sino que ante ciertos problemas, lo ayuda a no caer en una no deseable dependencia con los que le rodean, y más aún a ser un mejor aporte a la autonomía de los demás.