¿Bromas, Bullying y CiberBullying?

¿Bromas, Bullying y CiberBullying?

Es frecuente escuchar en la consulta comentarios tales como: “antes no existía el bulling, las cosas se arreglaban a combos en el baño, en el recreo o a la salida, y santo remedio”, “mi mama decia que si me pegaban y yo no me defendía, ella me las iba a dar más fuerte …”, o bien “…antes todos bromeaban y se ponían apodos: el guatón, la llorona, el matón, la chica, si no te podías defender, había que reírse nomas….”.

Las formas de resolver los conflictos han ido cambiando a través del tiempo, pero conforme avanza la tecnología, la forma en que nos relacionamos también han variado. ¿Qué diferencias hay entre hacer una broma, el bulling y el ciber bulling?Es frecuente escuchar en la consulta comentarios tales como: “antes no existía el bulling, las cosas se arreglaban a combos en el baño, en el recreo o a la salida, y santo remedio”, “mi mama decia que si me pegaban y yo no me defendía, ella me las iba a dar más fuerte …”, o bien “…antes todos bromeaban y se ponían apodos: el guatón, la llorona, el matón, la chica, si no te podías defender, había que reírse nomas….”. Las formas de resolver los conflictos han ido cambiando a través del tiempo, pero conforme avanza la tecnología, la forma en que nos relacionamos también han variado.

¿Qué diferencias hay entre hacer una broma, el bulling y el ciber bulling?

Bromas

Por definición, una Broma, por muy pesada que sea, no es un acoso, sino que es una manera de resolver un conflicto por vía directa: cuando alguien me hace una broma, yo tengo la opción de responder, pues conozco  el contenido del mensaje. Puede ser que una broma pesada haya marcado mi infancia o adolescencia, y haya activado una serie de mecanismos de defensa, pero es un elemento aislado en el tiempo, la broma fue en un momento y en un contexto determinado.

Bullying

El Bullying sí es un acoso, pues son silenciosas y continuas agresiones que se da en el contexto escolar. Uno, o más compañeros que se unen, detectan las debilidades de otro, a quien violentan por medio de la  agresión, hostigamiento, humillación y/o ridiculización, ya sea social, física, o psicológicamente. El o los acosadores planifican los métodos para agredir a la victima de manera sostenida en el tiempo. Su origen está relacionado con la negación de la dignidad de la persona, la intolerancia, la discriminación, y la falta de empatía, ya que el acosador busca el poder, por lo que necesita humillar a su víctima frente a otros para reafirmarse como “el fuerte” del grupo. El  bulling siempre ha existido, y todos en algún grado, lo vivimos en nuestra etapa escolar, y lo resolvimos con mayor o menor éxito, ya sea solos o con el apoyo de algún hermano mayor, nuestros padres o los infaltables amigos.  En ningún caso es “un juego de niños”.

Ciber Bullying

En cambio, el ciber bullying traspasa fronteras escolares. Se agudiza y perpetua, porque es fácilmente replicable por medio de las redes sociales, lo que puede hacer sentir a la víctima más vulnerable y desprotegida. La  difusión masiva y anónima de los mensajes, genera un sentimiento protector de liviandad y de inocencia: “yo no hice el meme, a mí solo me llego y lo compartí porque me pareció chistoso”, suelen decir los jóvenes, quienes no comprenden que el replicar los mensajes se convierte en una especie de validación social para el autor de estos. Otras veces, el/la compañero/a que presencia la agresión, en vez de actuar y detener esto, o pedir ayuda, graba y comparte el video por las redes sociales, pasando de espectador pasivo, a victimario.

Generalmente, bullying y ciber bullying se dan en conjunto y de manera permanente, lo que va destrozando de manera paulatina la identidad del otro, quien pierde la confianza en sus  cercanos, pues no sabe si estos han participado o no de los comentarios, lo que va generando conductas de  aislamiento social, malestar general y mayor sensación de vulnerabilidad, dificultando su proceso de desarrollo y autoestima, lo que puede llegar finalmente a acciones extremas como el suicidio.

Suicidio

El suicidio es una causa de muerte prevenible, por lo que su detección y evaluación es una tarea de todos. Debemos conocer a nuestros hijos en todos los ámbitos posibles, identificar con que herramientas cuentan ya que pueden llegar a convertirse en víctimas, victimarios o pasivos espectadores que replican la violencia. También pueden ser agentes de apoyo para otros que estén sufriendo en silencio. Todo depende de los estilos de crianza que les brindemos al interior de la familia.

A modo de recomendaciones:

  1. Genere un espacio de confianza, de escucha y de contención, por medio de un dialogo continuo, sin juicios. Una actitud crítica frente a ciertas situaciones podría alejarlos y evitar que sus hijos compartan situaciones importantes por miedo a la desaprobación.
  2. Enséñeles a sus hijos/as a resolver de manera adecuada los conflictos, expresar sus emociones, ponerse en el lugar del otro, enseñarles a compartir sanamente, sin comparaciones ni competencias innecesarias.
  3. Conozca su entorno cercano en el colegio (compañeros, profesores), pues ellos son su factor protector y quienes activaran la alarma ante cualquier situación que pudiera vulnerarlo. ¿Sabe usted con quien se sienta su hijo/a?, ¿sabe usted si se ha sentido vulnerado o si existe un compañero/a a de quien todos se ríen?, pregúntele que haría si eso sucediera, pregúntele como se siente en el colegio, que le gusta, que le desagrada, que cosas cambiaria.
  4. Apréndase los nombres de sus compañeros y evite referirse a ellos por sus características (“la gordita, el de lentes, el niño nuevo, el grandote”, etc)- Si detecta conductas que le hacen suponer que su hijo/a esta en el circulo del bulling, ya sea como espectador, víctima o victimario, no dude en pedir ayuda profesional.

 

Liliana Marín SánchezPsicóloga Clínica ©Educadora Diferencial- PUCV

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